Estamos viviendo días vertiginosos, tan vertiginosos que terminamos el día bastante cansaditos, sino mareaditos.
Cansados y mareados es poco decir. Estresados es el término justo. No solo terminamos con cansancio físico, sino que nuestra mente se cansa de una manera que no podemos medir. En cualquier comenzamos a ver las alarmas que nuestro "cuerpito" nos manda.
Pero, quién no sabe que es esto lo que nos pasa hoy por hoy. Siempre hay quien no se da por enterado que a la mente también hay que brindarle unos mimitos. Más que mimos, la atención adecuada, y más aún ver cómo prevenir.
Proximamente voy a ir agregando datos respecto de la salud mental con que debemos contar para hacerle frente a la cotidianidad.
En mi opinión, y de acuerdo a lo que he podido aprender de mi propia persona, considero que cuando se habla de mente, también debemos hablar de voluntad y emociones. Y agregando un poquito más, una persona debería interesarse por el cuerpo, el alma y el espíritu.
¿Sabías que asistir a un taller de canto, de música, de cerámica, o de corte y confección, ayuda a tu espíritu, siempre y cuando lo hagas con un interés muy personal, por ejemplo, hacer algo en lo que puedas canalizar tu energía, tu creatividad, tu femeneidad o tu masculinidad?
Si notaste que estás necesitando algo que te haga sentir interiormente bien, aquí tenés una idea.
¿Quien no conoce aquella famosa frase "mente sana en cuerpo sano"?
En mi ciudad, la actividad artístico-cultural es muy importante y nunca falta una oportunidad que te habre una posibilidad para interrelacionarte y comunicarte con personas de tu edad o no.
Son esos espacios en los que uno comienza a descubrirse y a descubrir otras realidades que te ayudan a que dejer de mirar tu propio ombligo.
Ojo con las contracturas!
Edita Garrido Douglas
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